martes, 8 de septiembre de 2015

MACHINE HEAD - DEEP PURPLE


No hace falta saber mucho de esto del rock para darse cuenta de que con Machine Head estamos ante toda una joya. Los Deep Purple estaban inspirados, no cabe duda, y grabaron el que para muchos es su mejor álbum. El caso es que es un disco que no tiene desperdicio alguno. 7 canciones, para que más, 4 de las cuales aparecieron en el brillante doble LP en directo que es Made In Japan. Pero esa es otra historia. Casi siempre catalogados dentro del hard rock, Deep Purple es mucho más que eso. No se trataba de un grupo al uso: hablamos de cinco genios que se compenetraban a la perfección y que nos regalaron varias horas de música que realmente merece la pena. Los aullidos de Ian Gillan le daban sentido al brillante trabajo de Ritchie Blackmore a las seis cuerdas. Y la sección rítmica que formaban Ian Paice y Roger Glover a las baquetas y bajo, respectivamente, era brutal ya de por sí. Y a eso se le añaden unos toques a los teclados por parte de Jon Lord que suenan siempre en los momentos adecuados, definiendo y haciendo único el sonido de Deep Purple y convirtiéndoles en una banda única. Lamentablemente, la formación clásica de la banda no duraría mucho, confirmando aquello de que cuando se juntan genios terminan por chocar. Para el recuerdo quedan los discos que nos dejaron, siendo este Machine Head uno de ellos. Toca destriparlo.
La cara A se abre con Highway Star, que es uno de los temas clásicos del grupo. Especialmente brillantes están Gillan, que se marca unas voces marca de la casa realmente cojonudas, y Blackmore, cuyos solos son realmente espectaculares. Maybe I'm A Leo nos muestra un tema que pocos grupos tocaron: el horóscopo. Y Never Before es una canción verdaderamente espléndida. La letra, aunque no compleja, es efectiva y hace referencia a los momentos en que necesitamos ayuda por situaciones delicadas.
La segunda cara comienza con uno de los riffs claves de la historia del rock. Smoke On The Water es quizá el tema más famoso de Deep Purple, y narra la historia del incendio del casino de Montreux, donde esa noche tocaban Franz Zappa y The Mothers Of Invention y donde Deep Purple iba a grabar este disco, Machine Head. Le sigue Lazy, que es la mejor canción del disco y probablemente de Deep Purple. Es una maravilla que tiene un trabajo descomunal a cargo de Jon Lord a los teclados, dando lugar a una intro única. Irrepetible. Space Truckin' se encarga de clausurar el LP de manera magistral, con Ian Gillan dándolo todo ante el micro y la banda al completo funcionando de forma impecable. Un disco recomendadísimo para todo aquel que disfrute con ese género tan cojonudo que es el rock. A disfrutarlo.

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