martes, 5 de agosto de 2014

THE NUMBER OF THE BEAST - IRON MAIDEN


Colosal, potente, salvaje... Hay muchos adjetivos capaces de describir las sensaciones que produce la escucha de este clásico de los Maiden. El caso es que es uno de los discos más completos de toda la carrera de Iron Maiden, y obviamente no solo por contener Run To The Hills y The Number Of The Beast. En cierta manera es un volver a empezar: fue el primer disco con Bruce Dickinson al micro, sustituyendo a Paul Di'Anno por sus problemas con abusos de ciertas sustancias. Por otro lado, sería el último disco con Clive Burr a la batería, siendo sustituido por Nicko McBrain para el siguiente disco, Piece Of Mind. La producción siguió estando a cargo de Martin Birch, que ya había producido el disco anterior, Killers, y que produciría a la banda hasta el Fear Of The Dark de 1992.
Este disco tuvo un éxito inmediato, y es que en él todo sale bien: desde la portada, que es una de las mejores de su carrera, hasta el contenido del disco, que roza la perfección en varios de sus temas. Cuando escuchas este LP, es como si hubiera un martillo dentro de tu cabeza arrasando con todo lo que pilla. Vamos con el contenido.
Invaders es una de esas canciones hechas para arrancar un disco de heavy metal. Todo se sitúa en el día del juicio, unos invasores vienen rodeando la colina y han venido para atacar. Se debe ganar la batalla. En The Prisioner un hombre se queja de que él es un hombre libre, no un prisionero. Él no es un número, es un hombre libre. Y en esto llegamos a la que probablemente sea una de las dos mejores canciones del disco: 22 Acacia Avenue, continuación de Charlotte The Harlot (canción incluida en el debut del grupo) que habla de una puta llamada Charlotte. Ella está en un lugar donde podemos ir si te sientes solo y deprimido. Si quieres pasar un buen rato y estás preparado para pagar el precio, todo lo que ella pide son 15 libras. Después, en la cara b, vienen los dos temas más exitosos de golpe, The Number Of The Beast y Run To The Hills. La primera informa del número de la bestia, 666. La segunda se queja de los hombres blancos que vinieron y arrasaron con todo. Para ello la solución es Run To The Hills, run for your lives. Y para cerrar el disco, Hallowed By The Name, la otra gran canción. Una joya imperdible para poner fin al que para muchos es su mejor disco. Eso es difícil de decir, porque afortunadamente hay mucho para elegir. 22, la avenida que es el lugar donde todos vamos.

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