Cuando Doolittle salió, en abril del 89, el grunge ya llevaba varios años en composición todavía no había explotado, pero es indiscutible la importancia del álbum para el movimiento y no solo ya dentro de este (Kurt Cobain citó siempre a los Pixies como una de sus principales influencias), sino ya para la música en general. Casi todas las bandas actuales que tengan algo que ver con guitarras han escuchado Doolittle. Vamos al disco.
Abre con la potente Debaser, que ya deja claro desde el primer acorde que esto va en serio. La importancia de empezar bien un disco es algo esencial, y este es un claro acierto de los estadounidenses.
Hay canciones que todos conocemos (Here Comes Your Man, Monkey Gone To Heaven) que sin embargo siguen sorprendiendo.
Otras como Wave Of Mutilation o Dead contribuyen en un grado muy alto a hacer del disco lo que es. Ambas de muy corta duración pero que son de lo mejor de todo el LP.
A lo largo de las canciones la línea de bajo llevada a cabo de forma magistral por Kim Deal va a ser una de las principales señas de identidad del álbum, destacando sobre todo en temas como Hey, uno de los puntos álgidos.
Y para cerrar, otro pelotazo como es Gouge Away, que no deja de ser un acierto en un disco para recordar. Un disco atemporal que tuvo gran parte de culpa de llevar a los Pixies al estatus del que hoy gozan. Obra maestra.
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